El Callejón de la Inquisición se trata de un lugar que se encuentra a los pies del puente de Triana. Transitar hoy por el Callejón de la Inquisición dista mucho del paseo que pudieron dar los que anduvieron por esta singular vía de Triana desde finales del siglo XV. Actualmente, se puede acceder a través de él al margen del río. También se puede usar como refugio de las altas temperaturas de la ciudad.

El Callejón de la Inquisición fue en tiempos parte del Castillo de San Jorge, que sirvió de sede del Santo Oficio y prisión. Los 35 metros de recorrido por el callejón solo podría significar una cosa, el camino hacia la muerte. O bien se iba a la cárcel o se iba a la hoguera o, en el mejor de los casos, a ser juzgados con la esperanza de quedar libres.

La prisión del Castillo de San Jorge era escenario de habladurías. Este lugar inspiró a Beethoven su ópera Fidelio, motivo por el que surge el vínculo entre la ópera y este espacio a orillas del Guadalquivir. Lo que en su día fue un espacio de torturas hoy se encuentra uno de los puntos claves de la gastronomía sevillana, el mercado de Triana. Este lugar anteriormente inhóspito, hoy recoge a diario a numerosas personas. Un espacio agradable en las noches calurosas de verano gracias a la fluidez del aire por el callejón.

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