Tanto China como EEUU tienen una nueva arma para conseguir la supremacía en la fiebre del oro del siglo XXI: nuevos sistemas de inteligencia artificial capaces de descubrir grandes depósitos de metales raros escondidos bajo la tierra valorados en billones de dólares.

Los metales como el cobre, el litio y las tierras raras son vitales para la nueva economía de energías renovables, esenciales para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas, aparte de todo tipo de electrónica.

La demanda por estos metales está aumentando a un ritmo cada vez más acelerado, mientras que la oferta sigue siendo limitada.

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