El jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha hecho unas declaraciones este lunes en las que asegura que sus mercenarios no marcharon hacia Moscú con la intención de forzar un cambio en el liderazgo de Rusia.

Además, Prigozhin considera que la marcha pretendía “preservar la seguridad de su ejército”. También entiende que la rebelión manifestó un problema serio de seguridad en Rusia y comentó su arrepentimiento por haber disparado contra la aviación rusa.

El paradero de Prigozhin, que habría aceptado el exilio en Bielorrusia, no puede verificarse más allá de su salida de Rostov del Don. Por el momento, la causa penal contra él sigue abierta.

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