Vanessa Martín cada vez que pisa un escenario, crea una atmósfera digna del disfrute del respetable, y es que esto es como aquel que dice “Un concierto idílico se hace con muchos ingredientes en un caldero” y si aquí teníamos la voz de Vanessa, su don de escritura, y las melodías románticas pero canallescas, teníamos conformado el nombrado caldero.
Unas letras que si, que tienen su punto amoroso, pero también con un toque de revolución, y no solo por sus letras de amor libre, sino por esa forma tan personal y sentida que tiene la artista a la hora de interpretar una pieza. Da gusto tener artistas, y encima españoles, aunque sobre todo, andaluzas, que dejan a un lado la música comercial y cantan con unos instrumentos, que se echan en falta, el alma y el corazón.
La artista malagueña, pronunciadora este año del discurso del orgullo en la ciudad de Sevilla, deja una piedra más, en este legado que esta dejando como cantante.
En esta ocasión, ha bautizado a su nueva gira con un nombre muy identificativo a su estilo, “Placeres y Pecados” porque su música es así, un placer para los que la oyen, y un pecado para los que no, pero como se suele decir, que estos últimos se queden con un mensaje, la miel, no esta hecha para la boca del burro.

Fotografías: Alejandro Núñez
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