Este fin de semana tendría lugar uno de los eventos más especiales de la ciudad, la Feria de Abril. Y a modo de homenaje por lo que pudo ser y no será, toca adentrarse en el mundo de nuestra moda regional: el traje de flamenca (o de gitana, como cada uno precise llamarlo).

El traje de flamenca cuenta con décadas de existencia, llevado desde el Real de la Feria hasta los tablaos y escenarios más famosos del globo. Así como desde modelos hasta las folclóricas más emblemáticas del país, como Rocío Jurado o Lola Flores con sus famosos movimientos a las batas de cola.

En 1894 nace el primer cartel de las ‘Fiestas de Primavera’ de la capital andaluza. Desde entonces, artistas como Francisco Narbona (autor de este primer cartel) han retratado año tras año centenares de ‘gitanas’ ataviadas ente volantes y mantoncillos.

Sin embargo, el traje de flamenca no es como un traje regional más, sino que es el único que ha ido evolucionando con el paso del tiempo y la modas. Así, se ha convertido en algo más que una forma de vestirse distintiva para ir al Real, las romerías, etc. Tal es así, que incluso se han hecho tesis doctorales y grandes estudios de moda al respecto.

El traje comenzó a evolucionar más a partir de la Expo del 29, ya que supuso para la ciudad un gran avance a nivel cultural e internacional. Al principio solo se estilaba ir al recinto ferial (de ganado primeramente) con un mantoncillo de manila. Después, con la Expo Iberoamericana, las mujeres fuero adoptando la manera de vestirse de aquellas gitanas que acudían a esta feria de ganado.

Además de cambiar según las temporadas, ha originado una pasarela propia anual, que tiene lugar en Sevilla: SIMOF. Conocida como la Semana Internacional de la Moda Flamenca, todos los años convierte la capital en el centro de la moda flamenca mundial. Llevando el traje regional a la vista de diseñadores profesionales de todos los rincones.

Sin embargo, el fenómeno flamenca eclosionó a partir de los años 50, cuando las mujeres comienzan a crear sus trajes a partir de una mayor diversidad de telas. Aquí, todo tipo de telares y formas surgieron, dando la forma actual al traje de gitana.

Así, por una semana al año, el Real se convierte en la pasarela de moda flamenca más grande del mundo. Donde las mujeres y niñas visten sus mejores vestidos, hechos a mano o comprados en grandes marcas.

De esta manera, no solo hablamos de tradición y cultura, sino también de moda y arte. Porque confeccionar un traje de gitana no es solo coser y pegar volantes, significa crear arte regional perfectamente adecuado a las épocas que preceden.

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