Dicen que la lluvia es más necesaria que nunca y, a pesar de haber existido un porcentaje alto de precipitaciones entre semana, tuvo que ser ayer justo cuando la Virgen del Rosario de San Julián salía a la calle. Saludó al pueblo, a las hermanas que en el balcón le regalaron una petalá, pero tuvo que volver a su templo. Os dejamos con las imágenes:

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