El sector, que agrupa a 85 empresas en Sevilla con 1.300 empleados, está en quiebra técnica y sin ayudas directas pese a ser parte del servicio turístico.

Las empresas de autocares se han quedado seriamente tocadas por la pandemia sin viajeros a los que trasladar en circuitos turísticos hasta finales de la temporada de 2021 y con el transporte escolar suspendido de marzo a junio; el sector ha pedido prórroga de los contratos públicos para todo el curso 2020 y 2021. 

Lo que iba a ser el mejor año turístico con ingresos estratosféricos se ha esfumado de golpe y solo quedan deudas y empresas familiares ahogadas, como en una versión tristemente actualizada del cuento de La Lechera. Sin actividad y con los autobuses parados, la quiebra técnica es absoluta al no haber ayudas directas para este sector. Lo denuncian las empresas.

Antonio Nadales, gerente de Autocares Barrero, en Sevilla, sobrevive a duras penas con su plantilla en ERTE y sacando dinero debajo de las piedras para pagar los préstamos de la compra de autocares de años pasados y recientes. Denuncia que los bancos no dan los créditos del ICO que se dijo. El 60 a 70% de la facturación se lo llevaba el transporte discrecional y turístico que ha desaparecido. Les queda el transporte escolar, que reporta un 30% de ingresos, pero el problema es que son tres horas al día porque ya no ingresan el suplemento de las visitas por Sevilla. No cubren gastos.La mayor crítica de este empresario es que la Junta se ha olvidado del sector del autocar en los 680 millones que ha anunciado en ayudas directas, según informan a Diario de Sevilla. 

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