El nombre de Triana ha llegado a multitud de rincones de todo el mundo, este entrañable barrio es conocido por su hermosura y por el arte de su gente. Sin embargo, ¿cómo ha llegado este pequeño barrio sevillano a ser un lugar tan estimado y querido? La historia de Triana llega hasta la Edad Antigua, donde se encuentran restos del Imperio Romano en la zona que actualmente abarca el barrio. Son las primeras pruebas conocidas de asentamientos en la zona.

Posteriormente, en la Edad Media con la llegada de Al-Ándalus, la zona tiene un aumento considerable de población. Se registran asentamientos alrededor de un castillo construido en el siglo X (actualmente es el Castillo de San Jorge). En 1171 se construye el Puente de Barcas, antecedente del Puente de Triana.

Tras la conquista cristiana de la península, la fortaleza árabe pasó a manos de la Orden de San Jorge, construyéndose en su interior la primera parroquia de la historia de Triana. Con el paso del tiempo llegaron los Reyes Católicos y pasó a ser la Sede de la Inquisición Española. Ya en la Edad Moderna el poder adquisitivo del barrio creció debido al buen momento económico que vivía el país.

De esta forma Triana adquirió su fama y aún más con el nacimiento de muy renombrados artistas. El barrio llegó a lo más alto.

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