El economato social Casco Antiguo de Sevilla mantiene el número de beneficiarios respecto a 2021. También mantienen el precio de sus productos a pesar de la inflación. Esta medida se ha llevado a cabo para que la cesta de la compra no se vea mermada y afectar lo menos posible a sus clientes.




La cifra registrada desde enero a octubre se sitúa en una media de 600 usuarios al mes. Es el número más bajo desde 2020, coincidiendo con el inicio de la pandemia del COVID. Durante este periodo se contabilizaron 7.408 familias y en 2021 este número ascendió hasta las 7.606 familias.

“Notamos cómo los precios de los productos que nos llegan se han ido incrementando de forma paulatina, aunque los proveedores nos tratan bastante bien, pero está claro que a ellos también les afecta la subida de la luz, del gas y demás gastos relacionados con su actividad comercial”, ha afirmado José Luis Caballero, presidente de la Fundación.




Por ese motivo, Caballero añade: “hemos solicitado una reunión con los diputados de Caridad de cada una de las hermandades para que comprueben de qué manera la inflación influye en nuestro día a día”.

Durante el primer mes del año el economato ha atendido a 3.600 usuarios, lo que hace una media de 600 beneficiarios al mes. Este número es inferior en comparación con otros años atrás. El presidente de este organismo ha señalado que el hecho de que acudan menos personas puede deberse a que se ha disminuido el número de tarjetas expedidas a familias vulnerables.




Caballero recuerda que el perfil de los beneficiarios ha ido variando con el paso de los años. En un principio eran familias de emigrantes que venían de barrios marginales y emigrantes. En cambio, desde hace algún tiempo se puede ver a gente con estudios y que hasta hace poco tenían trabajo. También existen los casos en los que antiguos voluntarios se ven ahora beneficiados por esta labor.

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