Amnistía Internacional registra un fallecimiento y 29 personas heridas de gravedad por pelotas de goma y balas de “foam” desde el inicio de este siglo en España. Esta organización exige la prohibición de este material antidisturbios que los policías utilizan en altercados callejeros. También recuerda que tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional siguen utilizando pelotas de goma, unos proyectiles incontrolables que pueden alcanzar hasta los 360 kilómetros por hora.




El 5 de abril de 2012, estas pelotas acabaron con la vida de Íñigo Cabacas, un joven aficionado del Athletic de Bilbao que recibió un disparo en la cabeza en unos altercados tras un partido de su equipo. Además, han provocado “lesiones graves” a otras 29, de las que cuatro acabaron perdiendo la visión de un ojo como consecuencia del impacto de este material, según recoge el informe. Una de ellas fue Ester Quintana, quien en ese mismo año, en la huelga general del 14 de noviembre perdió su ojo izquierdo a causa de un proyectil lanzado por los Mossos d’Esquadra en la manifestación de Barcelona.

Tras estos sucesos tanto la Ertzaintza como los Mossos remplazaron las pelotas de goma por balas de ‘foam’. No obstante, Amnistía Internacional critica que estos proyectiles también han provocado traumatismos graves por culpa de su uso inadecuado. Por ejemplo, dos personas sufrieron un traumatismo craneoencefálico severo y otra llegó a perder un testículo.




Esta ONG denuncia que las directrices nacionales sobre el uso de estas armas disuasorias no se ajustan a las normas internacionales sobre el uso de la fuerza. También recuerda que las fuerzas policiales infringen de forma habitual la normativa con impunidad.

 

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